miércoles, 13 de julio de 2011

10- EPISODIOS DEL ALARDE. El Alarde en General.

1950   

Según cuentan los que conocieron a D. Eusebio Pedrós, coinciden que dos cosas, la primera fue un gran General, la segunda que era una gran persona y con muy sentido del humor, y sobre él y sus “cosas” se puede escribir bastante.

EPISODIOS DEL ALARDE

“¡Perdone usted mi General. Hizo usted bien en pegarme!”
Para emprender el descenso del monte, conocimos en nuestra juventud que las fuerzas del alarde, formadas, daban una vuelta completa por la campa.
El cornetín de órdenes había llamado repetidas veces para la formación y el General D. Eusebio Pedrós se disponía a dar la orden del regreso a la población. Montando en su caballo, contemplaba a los componentes del batallón en aquella tarde magnifica.
De pronto, un joven como de unos 22 años, llevando una shatua de vino y bajo el efecto del alcohol, se puso ante el General tratando de impedir el regreso. D. Eusebio con santa paciencia decía al joven que no molestaría al joven que no molestara. “Aquí el que manda soy yo” –le decía el joven - “Entonces, ¿Qué es lo que manda el General? –arguyo Pedrós- que empezaba a irritarse ante la terca actitud del muchacho, zapatero de profesión y domiciliado en la calle de Larrechipi: Asió el impertinente mancebo de las bridas al caballo del General al mismo tiempo que le dirigía un soez insulto. Entonces, el General bajó del caballo, se quito el guante de la mano derecha y soltó un tremendo puñetazo al joven que se quedó sin varios dientes, sangrando por la boca. Una pareja de miqueletes intervino deteniendo al provocador.
Al dia siguiente, dia 1º de julio, con motivo del concurso local de ganadería en la plaza de Urdanibia, se encontraba D. Eusebio Pedrós presenciando las operaciones de examen y clasificación del ganado por los señores componentes del jurado, cuando junto a él vio se encontraba el joven que promovió el desagradable incidente el día anterior en el Monte de San Marcial. Tenía en los labios colocados algunos parches.
Perdone usted mi General- dijo con toda humildad-. Ayer hizo usted bien en pegarme porque le insulte groseramente. Lo tenía bien merecido.
No hice bien en pegarle  a usted porque no se debe pegar a nadie. Es que, llevado de mi genio, ante el insulto no pude contenerme. Pero esta usted perdonado-respondió el Sr. Pedrós. Muchas gracias mi General. Ahora quisiera pedirle un favor. Usted dirá. Que me honre aceptando un obsequio de mi parte como acto de desagravio. Vayamos los dos a tomar un caldo. Tanto insistió el joven zapatero, que D. Eusebio terminó por acompañarle y juntos fueron a “Casa Pello”, conversando como dos buenos amigos.
En el año de 194 y pico. Estaban jugando en el Casino de Irun la clásica partida al domino, era el dia 29 de junio, entre ellos el Comisario del Cuerpo General de Policía D. Víctor Lacalle, que estuvo de buena racha siendo el ganador de la partida en la que también tomaba parte Eusebio Pedrós. El Comisario tomó parte dentro de la infantería en las filas de la compañía del propio Casino. En el momento que el General pasaba revista a las tropas, se paró ante la compañía del Casino y exclamo: ¡”Capitán! Nombre usted un pelotón de fusilamiento a las 11 de la mañana en los muros de la Ermita. Tengo entendido que ese recluta, señalando al Comisario- esta dejando a todo el Casino sin un real jugando al domino.
En otra ocasión se casaba un chico, conocido de Eusebio, y a la vuelta de dijo: “¡Que! ¿Has hecho mucho el amor? No, respondió el joven, dicen que se pierde la vista!  Eusebio le dijo; Pero vamos a ver. ¿Tú has visto algún gallo con gafas?

Año 1925. El General Carlos Molinero Gamarra en el monte de San Marcial.

* Publicado en D.V. el viernes 27 de junio de 2008.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.